Mi padre salió de su pueblo en busca de una oportunidad, ya que allí escaseaba el trabajo, fue a Barcelona y también anduvo por Madrid. Los fines de semana iba al pueblo para ver a mi madre. En 1966 se casaron y llegaron a Madrid con la ilusión de comenzar un proyecto en común, dejaron lejos a sus familiares y amigos. Se instalaron en la capital con una mano delante y otra detrás, como muchas otras personas lo hicieron en aquellos años, y como no tenían dinero para comprarse un piso se fueron de alquiler y durante un año estuvieron viviendo en una habitación, compartiendo piso con otra pareja.
Hace unos comenzaron a llegar a España flujos migratorios de países latinoamericanos, ¡qué bien recibidos fueron entonces! Cuando España necesitaba mano de obra. Ahora como estamos mal y escasos de trabajo queremos que retornen a sus países de origen. ¿Qué será lo próximo? Expulsar de las comunidades a las personas que han nacido fuera de la propia comunidad. ¿Por qué si en la Comunidad de Madrid tenemos una tasa de desempleo juvenil tan alta permitimos que vengan de Castilla la Mancha a trabajar en la construcción? ¿Son más persona un español que un inmigrante? Evidentemente tenemos un problema, un problema de casi cinco millones de personas en situación de desempleo, pero ¿es justo lo que proponen algunos partidos políticos? ¿Es justo decir, con la boca llena, España para las personas españolas? ¿Por qué se empeñan en dividir en vez de sumar?
Ahora Dinamarca propone desmarcarse del acuerdo de Schengen, ya propusieron modificarlo Francia e Italia para controlar la entrada de inmigrantes, y controlar los pasos fronterizos. ¿Así es como solucionamos los problemas? ¿Por qué siempre son las mismas personas las perjudicadas?
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